martes, 4 de noviembre de 2014

Duerme Conmigo

Emperatriz se encontraba aturdida por la propuesta de su tía, solo habían pasado dos días del entierro de su abuelo Cheo y lo menos que ella quería era dormir en la casa donde falleció.
Emperatriz en forma de preocupación y susto -¡ay Dios! Ni loca, ni loca, esta casa me da grima, escalofrió, no, ni loca me quedo aquí y mucho menos con la psicópata de mi tía, no, no y no.
Acercándose a su madre Efigenia, le dice murmurando al oído. –mi tía quiere que me quede aquí, ni loca.
-Hija por favor colabórame, quédate esta noche con tu tía, yo necesito ir a descansar, además no me siento bien.
-¡Mama! Esta casa siempre me ha dado miedo por favor no me hagas esto.
Efigenia observa a su hija con una mirada fulminante y de esta manera Emperatriz entendió que debía quedarse a dormir en la casa de su abuelo. Después de culminar el rezo, tía y sobrina quedaron sola en la casa.
La tía refiriéndose a Emperatriz –mi Liz vamos a dormir, ven acuéstate en la cama conmigo.
-No mi tía, tranquila, puedo dormir en el sofá de la sala.
-Hija por favor duerme conmigo
Sin más que decir –mmm, está bien, vamos a descansar.
Ya acostadas en la cama Emperatriz observaba detalladamente el cuarto, en el entraba un rayo de luz del poste que se encontraba encendido en la calle, en la pared agrietada se formaban sombras de los arboles, a su lado se hallaba una peinadora con un espejo donde se reflejaba la ropa guindada de la repisa.
-mi tía si es rara, hasta dormida da miedo, que estará soñando que se muestra sonriente.
Poco a poco se fue quedando dormida hasta caer en un sueño profundo, derrepente se escuchan ruidos en la cocina y Emperatriz se levanta sobresaltada, mira a su lado y su tía no se encontraba en la cama, voltea hacia la puerta y esta Sara parada en el marco de la puerta mirándola fijamente.
-¿tía pasa algo?, ¿te sientes bien?
Sonriéndole con malicia contesta –yo estoy muy bien. Mostrando un cuchillo –tú eres la que deberías estar preocupada.
Emperatriz empieza a temblar y a encontrarse confundida con las palabras que acaba de pronunciar su tía.
Tartamudeando -¿Qué vas hacer?
-yo nada, solo divertirme un rato con mi muñequita.
Sara se va acercando a la cama y Emperatriz se levanta rápidamente tirándole la almohada a la cara, intenta correr, pero su tía la golpea con el tacón de una bota que alcanzo agarrar en la zapatera, tumbándola al piso.
Agitada y asustada –suéltame por favor, suéltame.
Forcejeando mutuamente, Emperatriz se orina del susto, vomitando y convulsionando a su vez, Sara aprovecho y la apuñaleo hasta más no poder. Seguidamente arrastra el cuerpo hasta el patio, se dirige hacia la caja de herramientas y agarra el serrucho de su padre Cheo, lo lleva hacia su sobrina y empieza a cortar todos los miembros del cuerpo ensangrentado diciendo estas palaras:
-Dios siempre hare lo que me pidas,
aquí esta lo que susurrando al oído me ordenaste.
Ya cumplí. Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofendes.
Amén.
-¡hija! ¡hija!, indignada ¡hija!, ya termino el rezo mija, como te pudiste quedar dormida, eso es una falta de respeto.
-mama, (abrazándola) mama, tuve un sueño horroroso, fu horrible, yo…
-mi Liz, ¿dormirás esta noche conmigo?
FIN

Realizado por: Majerfy Anele Solis Hernández

Siempre seremos esclavos de cualquier escena, ya sea para olerla, verla, vivirla o revivirla. Por esa razón es necesario AMAR nuestro ser y el espacio donde protagonizamos nuestra escena.